El trabajo cruel y el clima frígido, desfavorables para ellos, hicieron que los negros no tengan resistencia física, ni habilidad para poder extraer el metal. Debido a estos problemas, ellos fueron trasladados a tierras cálidas del Sur y Norte de los Yungas (Departamento de La Paz) para ser ocupados en cultivos de coca, café y cítricos, formando también parte del procesamiento de la uva, más conocido como pisa uva .
Por otra parte, el infortunio de los negros no cesó, ya que al interior de esta comunidad, existieron traidores, nombrados capataces, denominados “caporales”; que por ser los preferidos de los patrones españoles, fueron escogidos para vigilar y controlar el trabajo de sus hermanos de origen, sometiéndolos a látigo.
Debido a las angustias que pasaban día a día, los negros por las noches se reunían para entonar melodías y cánticos de lamento y luego realizar sus ritos al compás de sus instrumentos improvisados de tamboriles, rek’e o co-ancha.
Este hecho histórico es representado a través de la danza de los “Negritos” en el Carnaval de Oruro, donde hacen referencia a la remembranza de los negros en su pasado y presente, mostrando la vida y estructura social al interior de esta comunidad.